jueves, 24 de abril de 2014

DECALECTURA

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Quienes nos apasionamos con la lectura sabemos que disfrutar de ella es un gran placer y un beneficio no sólo lingüístico. Pero, a veces, en nuestro afán de hacer que los demás puedan disfrutar al igual que nosotros conseguimos el efecto contrario, el efecto rebote.

Este es un DECÁLOGO (extraído de la “Guía práctica para hacer a los hijos lectores” - Generalidad de Cataluña) de lo que debemos hacer para que los menores odien la lectura; es decir, lo que NO debemos hacer.

1.- Cuando empiecen a leer en voz alta, interrúmpelos mucho para marcarles sus errores. < A nadie le gusta que le corrijan constantemente.
2.- Oblígales a leer. < Se conseguirá el efecto contrario.
3.- Menosprecia sus gustos y no respetes su criterio, con frases como "¿esto vas a leer?, no mejor lee esto". < Que lean a su gusto.
4.- Imponles lecturas. < Sobre gustos, colores.
5.- Pídeles que te hagan un resumen. < No se debe transformar el placer de leer en un trabajo, en un examen continuo.
6.- Controla lo que leen. < Que lean a su gusto y vayan a su ritmo.
7.- Recuérdales los beneficios de leer. < Decir "si lees mucho te harás más listo" es frase tan odiosa como "come hij@ que tienes que crecer".
8.- Relaciona los libros sólo con los deberes. < Tan recomendables son los libros para aprender como los de mera diversión.
9.- Castígalos sin tele por no leer. < Asociarán la obligación de leer a la falta de televisión, y se conseguirá el efecto contrario.
10.- Exígeles lecturas inadecuadas. < Tan erróneo es pedir que lean libros demasiado complicados como muy infantiles para su edad.


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